El Alzheimer representa la mitad de las demencias seniles.
El primer signo de la enfermedad es la pérdida de la memoria episódica, que es la memoria de los hechos pasados de la vida de una persona. A esta pérdida siguen otras, como el deterioro del pensamiento o el lenguaje. Te vas olvidando de tí mismo, progresivamente.
Decía Luis Buñuel:
“La memoria, indispensable y portentosa, es también frágil y vulnerable. No está amenazada sólo por el olvido, su viejo enemigo, sino también por los falsos recuerdos, que van invadiéndola día tras día».
Veíamos en “El Hijo de la novia” (extraordinaria película de Juan José Campanella), que la enfermedad de Alzheimer es extremadamente dura para la persona que la padece y para sus familiares. En esta cinta, y en otras que tratan el tema con sensibilidad, se transmite la necesidad de vivir el día a día con ilusión y ánimo, disfrutando de lo cotidiano, del hoy y ahora.
Pese a la dureza de la situación y a las exigencias para familiares y cuidadores que impone esta enfermedad, las personas con Alzheimer necesitan, sobre todo, que tengamos presente pensamientos y sentimientos como los que refleja esta frase:
Recuerda mis Olvidos,
Olvida que no Recuerdo,
Abrázame y Sonrío,
Porque Sonrío,
Te Quiero.
Hoy es el Día Mundial del Alzheimer.
No lo olvidemos.
Preciosa frase la del final. Saludos!
No nos podemos olvidar de nuestros mayores. Son la experiencia, nos han dado la vida y nos enseñaron a caminar. Ayer cuidaron de nosotros y hoy nos toca hacerlo a nosotros.